Dios te bendiga Amados, soy Rogers I. misionero de la obra de Dios, Promotor y fundador de la primera Iglesia Mundial con sede en el corazón de los verdaderos creyentes del Amor en Cristo. Doy gracias a Dios por la posibilidad que me da, de poder llevar su evangelio por medio de la palabra escrita por este sistema del internet, con la intención de poder compartirlos con todos ustedes ya que está en evidencia la gran necesidad de contar con material netamente de evangelización, que sirviera para llegarles en forma de mensajes. Muchas almas han encontrado a Cristo, por este medio, cuyo fin, es que la "palabra de Dios corra y sea glorificada" (2 Ts 3:1). Amados, la venida de Nuestro Señor Jesucristo a buscar a su iglesia, esta cerca. Por tal motivo el enemigo de las almas, Satanás, aprovechará en este último tiempo para engañar a cuantos pueda en este mundo; lo cual la Biblia nos advierte que no ignoremos sus maquinaciones. (2 Co 2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. además de otras ciertas doctrinas ortodoxas de la cristiandad y alertarlos de esos lobos rapaces disfrazados de ovejas y que por dentro son unos Anatemas que venden el evangelio de JESÚS, La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb. 4:12). Por tal motivo es necesario, predicar un evangelio fiel a la Biblia. Tu testimonio personal y tu vida de consagración a los pies de Cristo, es el arma más poderosa, para llevar la palabra de Dios.

¡Que tu vida, y la mía, sean solo para LA GLORIA DE DIOS!

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DIOS TE BENDIGA.

lunes, 28 de marzo de 2011

¿Por qué nunca se predica sobre el arrebatamiento de la iglesia?

Por el Misionero Pastor Rogers Infante.
En Hechos 2:1–4, 41–47 se nos presenta la formación de la Iglesia y como ésta se conducía y crecía. De acuerdo al texto leído, se nos indica que desde un comienzo los miembros de la iglesia “perseveraban en la doctrina de los apóstoles”, y “el Señor añadía cada día los que habían de ser salvos”.

La Iglesia la podemos definir como universal e invisible, que consiste de todo el número completo de escogidos, que han sido, son y serán reunidos en uno, bajo Cristo como su cabeza; y es la esposa, el cuerpo, la plenitud de Aquel que lo llena todo en todo.
La Iglesia tiene una tarea divina, dada por Dios, relacionada con la verdad:

- Debe preservar la Palabra de Dios. Esto es mantener y defender la verdad en contra de todas las fuerzas de la incredulidad y el error (Tito 1:9–11 y Judas 3).
- Debe administrar la verdad. Esto consiste en la predicación de la Palabra de Dios en el mundo, para la conversión de los pecadores (Marcos 16:15; Romanos 10:13-15), y la predicación al pueblo de Dios para la edificación espiritual (2 Timotep 3:16-17; Hebreos 5:11 al 6:3).
En 1ª de Pedro 2:9 se nos presenta a la Iglesia en una relación con Dios y con el mundo: llamada a ser una nación santa, apartada para la adoración de su Señor, y por otro lado llamada a convivir con el mundo, “para anunciar las virtudes de aquel que nos sacó de las tinieblas a su luz admirable”. Esta misma idea la encontramos en la oración de Jesús en Juan 17: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo” (Versículos 15 y 16).
Gracias al Señor que la piedra principal de la Iglesia es él mismo, y nosotros piedras vivas que se edifican sobre el fundamento. Por lo tanto él es “quien edifica a su Iglesia”, pues si fuera por nosotros ésta ya habría desaparecido.

La historia de la Iglesia está llena de evidencias de fracaso humano, corrupción mundana, infidelidad, desviación doctrinal, indulgencia y debilidad. No obstante, el Señor es quien sigue construyendo la Iglesia. Hasta en los tiempos más asoladores, siempre “ha quedado un remanente escogido por gracia (Romanos 11:5).
En esta oportunidad quisiera referirme a ciertos peligros o amenazas que son riesgo para el cumplimiento de la misión dada por el Señor. Y finalmente establecer la absoluta relación entre la Iglesia, como organización, y sus miembros.


Para la mayoría de los cristianos el arrebatamiento de la iglesia de Cristo es un suceso inminente. Nuestra defensa en el arrebatamiento de la iglesia es totalmente bíblica. Versículos como Isaías 26:19-21; Mateo 24:40-41; Juan 14-.1-3; 1 Corintios 15:51-55; 1 Tesalonicenses 1:9-10; 1 Tesalonicenses 4:13-18; entre los de más importancia. El libro de Apocalipsis lo explica de una manera muy interesante. Habiendo sido rescatados del tiempo, del lugar y de cualquier relación con la ira de Dios, significa que la iglesia de Jesucristo tiene que desaparecer antes de Apocalipsis 6, y es por eso que nosotros creemos que el arrebatamiento se lleva a cabo, como está declarado en Apocalipsis 4; y la iglesia es el grupo de creyentes que se ven estando en el Reino de los Cielos en Apocalipsis 5.

Si usted es un creyente de la palabra de Dios tal como yo, entonces no debe de haber duda en su corazón de que Jesucristo lo levantará de entre los muertos y/o lo arrebatará para encontrarse con Él.

Si las iglesias evangélicas son las cuales predican que Cristo murió y resucitó, y que vendrá nuevamente por Su iglesia para librarla de la ira venidera (Apocalipsis 3:10) porque creen en un arrebatamiento pretribulacional, por ello desde los púlpitos es necesario que se predique sobre el arrebatamiento de la iglesia.

Cuando yo era niño, más o menos una vez cada treinta días se predicaba sobre el arrebatamiento de la iglesia. En ese entonces, los creyentes no tenían el conocimiento profético de nuestros días; lo que el conocimiento que se recibía directamente de los siervos de Dios que escudriñaban los libros proféticos y que por guía del Espíritu Santo le compartían al pueblo de Dios, que el gran acontecimiento cada día estaba más cerca. Eran tiempos de gran avivamiento donde las prédicas sobre el arrebatamiento de la iglesia regocijaban a los creyentes de tal manera que los hacía orar y ayunar más, evangelizar con más ímpetu, buscar el rostro del Señor con mayor anhelo y alegría.

Los días de hoy son diferentes. Los “pastores y seudoapóstoles” no entran en este tema debido a que existen tantas posiciones y corrientes dentro de la iglesia que temen causar más confusión y división entre la iglesia que ser edificadores de los últimos tiempos. La iglesia de hoy está más enfoca en el igle-crecimiento o crecimiento de la iglesia, lo cual garantiza mayor cantidad de miembros. Los temas que se enfocan en el crecimiento espiritual son cada vez menos predicados, por lo menos es el sentir en muchas iglesias en países occidentales.

Además también hablar sobre el arrebatamiento de la iglesia contrasta con el esquema de la prosperidad que dichos “pastores y apóstoles” desean hablar. Cuando yo tenía 10 años, me encantaba escuchar y conocer cómo sería ese grandioso acontecimiento, el arrebatamiento de la iglesia. Yo estaba persuadido en ese entonces, que 30 años más tarde, el ímpetu y la frecuencia sobre el tema del arrebatamiento de la iglesia sería inminente en todas las iglesias; que sería uno de los principales temas de predicación, enseñanza y círculos de estudio entre los creyentes de los últimos tiempos.

Siempre me he hecho esta pregunta:
¿por qué no se habla sobre el arrebatamiento de la iglesia? Un día tuve la excelente idea de esbozarle esa pregunta a mi Padre Celestial: ¿por qué no se predica sobre el arrebatamiento de la novia de Cristo? Nunca pensé que la respuesta llegara tan rápido, mucho menos el tipo de respuesta que Dios me dio. Jehová me dijo: hijo, es lo mismo por lo que no se habla sobre santidad. Wao. Me estremecí y dije por supuesto. Simplemente la iglesia no está preparada para este tipo de sermones. Hablar del arrebatamiento de la iglesia, involucra cambiar radicalmente toda estrategia.

Significa dejar a un lado las prédicas sobre cómo acceder al dinero; sobre como Dios te quiere prosperar; sobre como Dios no quiere que sean pobres; dejar a un lado los eventos pagados, los conciertos de tal artista cristiano, las malas actitudes de los pastores que se ensanchan con los hermanos hasta odiarlos y sacarlos de la iglesia porque simplemente hizo algo que le molestaba personalmente, o que seguramente hizo algo inmoral y no quiere que la iglesia se entere, etc. parece ser que hemos revertido el sentido de lo que Dios verdaderamente está buscando de nosotros.

¿Qué quiere Dios de nosotros? Que seamos una novia digna de ser escoltada hasta al Altar en las Bodas del Cordero (Apocalipsis 21:9). Que seamos dignos de ser la novia del Cordero, la desposada. ¿Cómo es esta novia? Llena de gloria, sin mancha, sin arruga, principalmente santa. La iglesia del Señor tiene que ser santa y para ser santa tiene que andar en santidad. Dudo y hasta puedo asegurar las supuestas santidades de algunas iglesias, donde sus pastores o líderes son solamente unos depravados rapaces, solapados que aunque ya no pueden tener sexo con su esposa “la pastorcita” entonces quieren buscar placeres en la congregación. Cristo viene a buscar una iglesia que viva en santidad. Tal como dice la carta a los Efesios: a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha (Efesios 5:27). 

La palabra rapto no se encuentra en las Escrituras porque es una palabra derivada del latín. El equivalente de la palabra arrebatamiento en griego es harpazo, que fue la que el apóstol Pablo utilizó en
1 Tesalonicenses 4:17. Esta palabra harpazo significa ser arrebatados o atrapados. La raíz de la palabra significa “levantar del suelo”. El Señor Jesús levantará del suelo a una iglesia santa, que vive en santidad. ¿Cómo se vive en santidad? Orando sin cesar, crucificando nuestra carne; desprendiéndonos de las cosas terrenales; compartiendo los bienes que Dios nos ha dado, compartiendo las alegrías y los sufrimientos; dando pan y cobijo al que no tiene nada; amando a los que nos odian; buscando las cosas del Reino de Dios y no las de este mundo; haciendo planes de todo lo que haremos cuando vivamos en la Nueva Jerusalén.

Esta es la iglesia que Jesucristo viene a buscar en el arrebatamiento. No es mi intención entrar en polémica sobre si existe o no un arrebatamiento de la iglesia. Pienso que la polémica ya existe y es extensa. El punto es que debemos vivir acorde a lo que nos dice Dios en Su Palabra. Tenemos que vivir en santidad, y vivir en santidad no significa que tenemos que ser aburridos o religiosos; significa vivir enamorado de Jesucristo, es sentir el Espíritu Santo de Dios en todo lo que hacemos, vivir con pasión por el evangelio; significa el vivir en nuestro entorno social, cultural y económico; con nuestras costumbres, nuestras metas y anhelos; con nuestras personalidades y sellos personales, pero sin perder la mirada en las cosas de Dios Mateo 6:23).
La iglesia de Cristo tiene que volver sus ojos a las cosas del Reino, las cosas de Dios, las cosas que dan crecimiento; lo que vivifica, lo que transforma, lo que multiplica. Cristo viene por una iglesia santa, sin mancha ni arruga; una iglesia santificada en la familia, que se preocupe por su prójimo, viene por una iglesia impecable, como novia bien ataviada, preparada para la Boda. Ese momento será glorioso y majestuoso. Quienes anhelamos el arrebatamiento de la iglesia del Señor, debemos anhelar primero el arrebatamiento de nuestra carne, para convertirnos en una novia santa, pura sin mancha ni arruga. Amén. 

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El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.

Amados:

La Biblia nos advierte que no ignoremos las maquinaciones del enemigo. (2da Corintios 2:11). Vivimos una era de engaños, donde se predica un falso evangelio facilista y meramente emocional. La doctrina del "arrepentimiento de pecados" es rara vez predicada como se debe. La salvación por gracia se ha desvirtuado y las perdiciones son basadas en discursos que tienen mucho de sensacionalismo, pero carentes de fundamento bíblico vital para la genuina conversión de las almas. (Heb. 4:12).... Ver Archivo del blog (Marzo 2010)

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